¿Cómo usar Integra® monocapa para el manejo de volúmenes tisulares? El Dr. Pedro Losa, cirujano del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Universitario La Paz de Madrid, lo ha explicado con dos casos clínicos que ha compartido durante su ponencia en el webinar «Soluciones de la ingeniería tisular maxilofacial» organizado recientemente por PRIM Cirugía Plástica. Y lo ha hecho destacando la importancia de razonar previamente en función del caso “por qué tenemos que mantener y maniobrar con los volúmenes tisulares para alcanzar resultados óptimos tanto terapéuticos, como estéticos y funcionales».
Manejo de volúmenes tisulares en carcinoma epidermoide
El Dr. Losa ha presentado cómo hicieron el manejo de volúmenes tisulares en un carcinoma epidermoide extenso y con focos de satelitosis. Sobre este caso concreto el cirujano ha destacado que “tenemos que saber que estamos ante uno de los tumores más agresivos que se pueden dar en la piel. Y eso nos tiene que obligar a pensar que la cirugía, por sí sola, no va a ser curativa. Vamos a tener que dar adyuvancia, como mínimo, una radioterapia radical, que será mutilante y muy agresiva con los tejidos. Y eso tenemos que saberlo en el momento que tenemos ese paciente delante para definir el mejor abordaje”.
Tras la resección del tumor en este caso se planteaba un problema reconstructivo “no teníamos un tejido sobre el cual hacer un injerto que se pudiera nutrir, no había periostio posible”. Por ello, el siguiente paso fue fresar “para poder tener un lecho más vascularizado, con multitud de yemas vasculares. Esto cumplía el primer objetivo que nos propusimos: llevar nutrientes a la matriz de regeneración dérmica Integra® monocapa que íbamos a poner encima”.
Siguiendo las indicaciones de Integra® monocapa, en este caso sería posible hacer un injerto directamente, pero el Dr. Losa ha explicado que no lo hicieron y que optaron por estabilizar el producto. “A los 10 días destapamos y vimos cómo empezábamos a tener un tejido vital, sobre el cual poder empezar a trabajar y hacer un injerto”. Pero en este punto todavía no hicieron el injerto. “Realizamos escoriaciones con la finalidad de cruentar el tejido y que esa extravasación de sangre facilite la proliferación de células madre y la producción de tejido. Volvimos a hacer una figura oclusiva y levantamos nuevamente a la semana, tiempo tras el que vimos que el tejido había doblado prácticamente su grosor”.
De esta forma y tras, aproximadamente 20 días, se pasó de tener un defecto con una calota pura y dura a un tejido maduro que pudiera soportar los siguientes pasos del tratamiento, ya que en este caso concreto dejar epitelizar no era una opción posible. Por ello, se realizó posteriormente un injerto de piel, tras el cual someter al paciente a radioterapia.
“Las secuelas y el maltrato que tiene la radioterapia cuando estamos luchando contra un carcinoma de estas características es altísima”, ha explicado el Dr. Losa mostrando una foto de los efectos del tratamiento radioterápico sobre el paciente.
Por eso, “hay que generar un buen tejido mediante un buen manejo de los volúmenes tisulares. En este caso Integra® monocapa ha actuado de ‘booster’ para el inicio de la granulación y hemos esperado a tener el volumen necesario para hacer el injerto. Si no lo hubiéramos hecho así, cuando el paciente empezase el proceso de radioterapia, todas las lesiones que veíamos en la foto y que estaban a nivel superficial, podrían haber acabado siendo un cráneo expuesto que obligase al paciente a suspender la radioterapia y, por tanto, a no tener un tratamiento eficaz y, probablemente, acabar en una necrosis de corticales óseas”.
Las circunstancias del paciente, sabiendo la gravedad del tumor y el tratamiento tan radical que debe seguir tras la resección, justifican, tal y como ha expuesto el Dr. Losa, el uso de Integra® monocapa y el hecho de dejarla actuar durante un tiempo, sin realizar un injerto directo y solo haciéndolo cuando se haya ganado el volumen suficiente. Todo ello hará que el paciente pueda afrontar las siguientes fases de su tratamiento de la mejor forma posible.
Manejo de volúmenes tisulares en melanoma facial
El Dr. Losa ha presentado también brevemente en el webinar otro caso con connotaciones importantes en el manejo de volúmenes tisulares. “Se trata de un melanoma no muy bien delimitado. Hicimos una cirugía de Mohs diferida, colocamos sobre el defecto una matriz de regeneración dérmica Integra® monocapa y la estabilizamos. Tras unos días se vio cómo iba adquiriendo volumen. Pero hubo que ampliar márgenes posteriormente”.
En este caso, el cirujano ha explicado que optaron por usar Integra® monocapa y la dejaron, nuevamente, granular para generar volumen para hacer un injerto posteriormente. “No podíamos dejar reepitelizar porque tardaría mucho tiempo y me preocuparía, en este caso por la ubicación del defecto, cómo puede retraerse el párpado inferior”.
La elección de la zona donante para el injerto posterior no fue aleatoria: “Cogimos piel de toda la línea de ritidectomía”. Y es que, tal y como explica el Dr. Losa, cuando realizan un injerto a nivel facial hay dos cuestiones fundamentales para tener un buen resultado, tanto estético como funcional. “Por un lado, tener una piel del color más parecido posible a donde estamos injertando (por eso, en este caso elegimos piel de la línea de ritidectomía o en casos de defectos en nariz utilizamos injertos de frente). Y, por otro lado, tener volumen. Si no, vamos a tener una depresión a nivel facial o craneal”.
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