Terapia de presión negativa: ¿qué es y para qué se utiliza?
La terapia de presión negativa (TPN) es un tipo de tratamiento cada vez más utilizado para favorecer la curación de heridas agudas y crónicas. Se realiza mediante la colocación sobre la herida de una espuma o esponja conectada a un tubo de drenaje y este, a su vez, a una bomba que aplica, de forma continua o intermitente, presión subatmosférica (vacío) a la superficie de la herida.
¿En qué casos se recomienda utilizar la terapia de presión negativa?
El rango de casos en los que se utiliza potencialmente terapia de presión negativa ha crecido en los últimos años, aplicándose en casos tales como heridas abdominales, vasculares, venosas, pie diabético y síndromes compartimentales, entre muchos otros. En definitiva, en toda herida abierta de difícil cicatrización y, ademas, en el manejo de la incisión quirúrgica de riesgo para disminuir complicaciones de las mismas.
Y es que este tratamiento acelera la curación al manejar y distribuir el exceso de exudado a través del apósito y hacia el contenedor, asegurando que la mayoría de los niveles de exudado se manejen con facilidad, al mismo tiempo que se maximiza el tejido de granulación a formar y se acelera la cicatrización de la herida.
En concreto, la terapia de presión negativa puede utilizarse con buenos resultados en heridas agudas quirúrgicas y traumáticas, dehiscentes, subagudas, crónicas y abiertas (por ejemplo, úlceras por estasis venosa y úlceras de pie diabético) o úlceras por presión. Además, la terapia de presión negativa es útil como complemento a los injertos para asegurarlos en su lugar y/o para acelerar la epitelización de la zona donante.
¿Qué tipos de terapia de presión negativa hay?
Actualmente existen diferentes dispositivos de terapia de presión negativa: equipos hospitalarios y ambulatorios y desechables, con similar aplicación y compatibilidades. Y también existen múltiples opciones de espumas y apósitos diseñados para aplicaciones específicas en función de las heridas a tratar.
Los dispositivos hospitalarios se utilizan en pacientes con movilidad limitada o heridas que exudan abundantemente y precisan estar conectados a depósitos de gran capacidad. Por su parte, para los pacientes que sí pueden moverse y cuyas heridas tienen niveles moderados o bajos de exudado existen dispositivos ambulatorios, de menor tamaño y portátiles. Estos funcionan con baterías y la capacidad de su depósito es más reducida, yendo desde los 70 cc hasta los 300 cc, y son desechables, contando, según el modelo, con un plazo máximo de vida de la unidad de hasta un año.
En cualquier caso, ya se utilice terapia de presión negativa hospitalaria como ambulatoria, los dispositivos se pueden programar para proporcionar diversos grados de presión de forma continua o intermitente y que, también en función del modelo, pueden ir desde los 30 hasta los 125 mmHg de presión.
En PRIM Cirugía Plástica disponemos de los dispositivos de terapia de presión negativa de Genadyne, con opciones tanto para su aplicación hospitalaria (XLR8+) como domiciliaria (XLR8+, UNO y UNO+).
Si está interesado en tener más información sobre estos dispositivos puede contactar con nosotros, bien a través del delegado comercial de su zona, bien con la división PRIM Cirugía Plástica por cualquiera de las siguientes vías:
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